Queridos carrozas, aprovechando los calores veraniegos, traigo aquí esta foto de la calle más
estrecha de Castellón, llegada sin modificaciones desde la ciudad medieval, con el muy loable
propósito de ilustraros un poco sobre la
historia de este pueblo nuestro. Como decía mi padre, os hace falta mucha ignorancia.
Primitivamente el nombre la calle era “carreronet del pes de la farina”, posiblemente porque
allí existía un establecimiento público donde se comprobaba el peso de la misma, para
evitar fraudes. En septiembre de 1672, el callejón fue testigo
del asesinato del presbítero Vicente
Tort, de un trabucazo. No existe
constancia de los motivos del hecho ni de que se localizara al culpable.
Como era de esperar,
el señor obispo del momento se puso hecho una furia con el acontecimiento y
decretó un entredicho a todas las iglesias y ermitas del término municipal. Y mando poner en el callejón una imagen de una
Virgen Dolorosa y un Ecce Homo, cubiertos por una pequeña bóveda. Y allí siguen, viendo pasar los siglos. En mi
infancia, con un Castellón más pequeño, era habitual utilizar el callejón como
vía de pàso, y la gente, más piadosa que ahora, ¡donde vás a parar!, aprovechaba para rezar las jaculatorias que
aparecen al lado de las dos imágenes y que prometen 50 días de indulgencia.
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